La chef Gaby Melian desea motivar a los niños a explorar la cocina latina

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Cuando era niña, Gaby Melian pasaba su tiempo libre ayudando en la cocina. Fue ahí donde se enamoró de la comida, dice.

Su abuelita le enseñó a hacer el repulgue de empanadas argentinas, los pastelitos rellenos de carne, verduras y especias. A los 12 años ya era experta en repulgue y ayudaba a preparar hasta 100 empanadas para fiestas de cumpleaños.

“Lo disfrutaba mucho y era muy rápida”, recuerda Melian, chef profesional y escritora. “Nací para hacer repulgue de empanadas”.

Melian, de 52 años, nació y creció en Buenos Aires, la capital de Argentina. Desde muy pequeña aprendió a cocinar la comida de su abuela Porota, quien era muy ingeniosa en la cocina y a menudo usaba la comida que sobraba para convertirla en algo diferente y delicioso.

En su nuevo libro de cocina “Gaby’s Latin American Kitchen”, Melian describe los platillos de su infancia y otros que aprendió después de venir a los Estados Unidos.

Melian espera que su libro y sus recetas inspiren a los niños a aprender más sobre América Latina, y a encontrar medios de cómo disfrutar su comida y conocer a su gente. También quiere animarlos a cocinar.

“Yo te doy las recetas y se vuelven tuyas”, dice. “Puedes hacer lo que quieras con ellas”.

El libro lleva a sus lectores a explorar la cocina latina. Puedes comenzar en México con un desayuno de chilaquiles verdes (totopos con salsa verde, queso, frijoles y huevos fritos). Luego sigue hacia el sur, a América Central, para meter tus manos en un poco de masa y hacer pupusas salvadoreñas (una tortilla de maíz rellena con queso, frijoles y chicharrón). Para la cena, ve al Caribe a disfrutar de la famosa ropa vieja de Cuba, un guiso de carne deshebrada.

Muchos de estos platillos y sus ingredientes se encuentran fácilmente en los Estados Unidos, dice Melian, debido a la fuerte influencia de los hispanoamericanos en nuestra cultura. Hay más de 60 millones de hispanos en los Estados Unidos, según el Censo, por lo que puedes encontrar restaurantes que se especializan en arepas, empanadas, pupusas y tacos.

A medida que expandes tus habilidades en la cocina puedes elegir un ingrediente que se usa en varios países latinoamericanos, como el plátano, y cocinarlo de diferentes maneras. Por ejemplo, prueba los tostones puertorriqueños (plátanos verdes fritos) o los maduros dominicanos (plátanos maduros fritos). En América Latina se come plátano para el desayuno, el almuerzo y la cena, y se pueden cocinar cuando están firmes y verdes o suaves y negros. Puedes freírlos, hornearlos o machacarlos.

Si tienes sed, prueba una agua fresca de limón mexicana. Y si quieres una merienda entre el almuerzo y la cena, prueba una sopa paraguaya ― pan de maíz de Paraguay.

En Buenos Aires, después de clases Melian se comía una empanada de merienda. Tu también puedes hacer unas deliciosas empanadas con sobrantes de pollo asado.

“En mi niñez no teníamos ‘snacks’. Yo no llegaba a casa de la escuela y decía: ‘abuela tengo hambre’ y mi abuela me pasaba una bolsa de papitas”, recuerda Melian. “Ella iba a la cocina, abría el refrigerador y cocinaba algo … y eso era la merienda”.

Algunos días su abuela le hacía crepes de dulce de leche o panqueques. Todavía es el postre favorito de Melian, y los prepara con dulce de leche comprado en la tienda. Es uno de sus ingredientes favoritos.

“Suelo hacerlos cuando tengo visita porque si los hago para mí es ¡peligroso!” Peligroso porque comería demasiados, dijo. “Me encantan”.

Más de la conversación con la chef Gaby Melian:

Pregunta: ¿Qué te inspira a cocinar?

Respuesta: Mi libro está dedicado a mi abuela. Ella es la razón por la que cocino. Ella descubrió que cocinar era lo mío y me permitió estar en la cocina desde muy pequeña. Estaba en la cocina observando y aprendiendo por imitación.

P: ¿Eras tan pequeña cuando empezaste?

R: Ayudaba en la cocina cuando tenía 8 años. Luego, progresivamente me dejaban hacer más en la cocina. Mi madre nunca aprendió a hacer bien el arroz, le quedaba demasiado seco o demasiado caldoso. Yo tenía unos 10 años cuando le hacía el arroz a mi mamá y ella me decía: “Oh, eres muy buena en esto”.

P: ¿Cómo aprendiste todas esas recetas de América Latina?

R: Tenía mucha curiosidad, pero obviamente viviendo en Argentina solo conocía gente de Argentina, Chile, Bolivia. No conocía a nadie de México ni tampoco de Panamá. Todo sucedió cuando vine a los Estados Unidos. En Nueva York conoces gente de todo el mundo. Las [recetas] de Argentina tienen un lugar especial en mi corazón porque vinieron de la cocina de mi abuela. Las otras las aprendí aquí.

P: ¿Entonces podemos aprender sobre la cultura latina a través del libro?

R: Todas estas recetas son de familias, y cada familia agrega su propio toque al plato. Siempre que hago una receta digo “esta es mi versión”. Tu también dale un toque personal. Encuentra los diferentes países en el mapa, busca las similitudes y diferencias. Si haces pupusas y luego conoces a alguien de El Salvador, puedes emprender una conversación sobre su comida.

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